Uno de los servicios de Praxis en los que estamos poniendo más empeño en desarrollar es el del Trabajo Social en Empresa. Y, sobre todo, estamos dándole muchas vueltas a la manera de explicárselo a propios y extraños, para poder ser capaces de transmitir el entusiasmo que despierta en nosotras y llegar a convencer a todo el que quiera escucharnos, de que toda estructura empresarial mejoraría sustancialmente si contara con la presencia permanente de un Departamento de Trabajo Social.
Cuesta desligar la figura del profesional del trabajo social de la administración, los servicios sociales o el tercer sector. Pero al final…. ¿no somos, acaso, especialistas en relaciones humanas, en procesos individuales y colectivos, mediadores en conflictos y especialistas en desarrollar capacidades y generar bienestar? Nosotras vivimos y entendemos así el trabajo social y, por tanto, somos unas firmes convencidas de que esta profesión tiene muchísimo que decir dentro del entorno de los centros de trabajo.
Para profundizar en el tema, seguimos la pista de colegas que ya llevan un tiempo profundizando en la relación con del trabajo social en empresa con la responsabilidad social corporativa, ámbito en el que Almudena Díaz es un referente imprescindible. O el trabajo que, desde hace años, desarrolla Firma Quattro, demostrando que el trabajo social en empresa es un camino en el que queda mucho por recorrer pero que va creciéndose y asentándose.
Nosotras, aquí y ahora, queremos brindar una visión menos teórica y más cercana a la realidad. Reflexionar sobre un caso hipotético que puede darse en cualquier empresa. Vamos a hablaros de Manolo, un hombre de mediana edad que lleva unos cuantos años trabajando en la misma empresa. Manolo está pasando una mala temporada; su padre, muy mayor, ya no estaba para vivir solo y su mujer y él han decidido que vaya a vivir con ellos hace un par de meses. No descansan bien por la noche y la presencia del abuelo ha alterado considerablemente las dinámicas familiares. Hay algo de tensión en casa, alguna pelea más entre el matrimonio y más problemas de los habituales en las relaciones con los hijos adolescentes….Manolo está más cansado, menos concentrado en el trabajo y también ha tenido algunos roces con sus compañeros más cercanos en la fábrica. Algunos días llega a plantearse que, como siga así, tendrá que hablar con su médico para que le de unos días de baja, porque cada vez le cuesta más acudir al trabajo y rendir en condiciones.
El responsable de la sección de Manolo en la empresa ya ha notado que no está bien. Ha comentado con sus superiores que, como la cosa siga así, tendrán que hablar con él y “ponerle las pilas”: su producción es menor, está estropeando el ambiente de su equipo de trabajo…No está la cosa para mantener trabajadores en estas condiciones.
Pronóstico: complicado.
Un trabajador social que conociera la situación de Manolo podría prestarle apoyo, orientación e intervenir, dándole herramientas a Manolo para adaptarse a su nueva situación personal. Le informaría sobre los recursos existentes para apoyar a su familia en el cuidado y la atención que su padre requiere, contribuyendo a reducir el estrés familiar. Le informaría también de las gestiones a realizar y cómo llevarlas a cabo. Además, podría trabajar con Manolo (y el resto de la familia, si fuera necesario) sobre lo que la alteración de la estructura familiar les provoca y ofrecerles herramientas para poder adaptarse, pautas para reducir los conflictos y maneras clarificar sus emociones y mejorar la comunicación.
Si, además, ese profesional del trabajo social formara parte de la estructura empresarial en la que Manolo trabaja, podría intervenir y mediar, para que tanto los compañeros como los superiores conocieran la situación por la que está atravesando, reduciendo las desconfianza y los malos entendidos y facilitando que Manolo contara con los espacios necesarios para que pueda atender su situación personal, facilitándole así la conciliación de su vida personal y familiar.
El pronóstico mejora de manera sustancial con la intervención descrita, que ayuda a resolver la situación de Manolo y reducir el impacto en su funcionamiento social y laboral. Para nosotras es evidente. Y por eso, insistiremos en trasladar esta visión a las empresas y seguir haciendo crecer esta vertiente menos conocida del trabajo social en la que nosotras vislumbramos un gran futuro para la profesión.
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